lunes, 7 de marzo de 2011

Puedes venir

Intento guardar mis pensamientos
en una caja de cerrada,
de cristal, para que puedas verlos;
tienes la llave
para sacarlos y tenderlos en el aire,
y dejar que se vayan y pierdan en el infinito,
o guardarlos eternamente,
derretirlos en tu piel, anexos.
Soy tan trasparente a tí, amor,
limpio, puro,
como el aire que de ti respiro,
de ti existo,
amor, soy tuyo.


Quien se hubiera dado cuenta:
que siempre estuviste ahí;
que nuestras sendas se encontraban ellas,
entre terrenos desiertos de rojos atardeceres;
que nuestras voces resonaban
en la cueva de mis hundidas voluntades;
que siempre nos imaginamos,
al alba, abrazados.


Puedes venir y ver los crepúsculos
cuando nos amemos,
puedes sentir lo que somos,
esa sustancia,
indeleble en mi vientre.
Somos algo,
no lo soy ni lo eres,
y el paisaje de anuncia en tu silueta,
y se pronuncian en tus labios
las palabras prohibidas.


Puedes venir y dibujar en el aire,
y escribir que me amas,
hoy mi soledad se completa contigo;
mi unica existencia,
te esperaba
te sentía
se congelaba en nubes
y espasmos de cercanía tuya.

Y venir,
a mi, a mi libertad trotante,
a la noche de luna completa
y destruir nuestros labios
en explosiones de hielo al contacto,
a ti, a tu voluntad eterna,
a escuchar los nocturnos,
encontrando en el silencio
los latidos al unisono,
el sentir de la noche,
y de mi alma dentro de la tuya,
y volcarnos a los sentimientos que nos reclaman,
y desembocar al final de la cama,
permanecer en el horizonte,
mirando a travez de ventanas,
sin yo prometerte nada,
mas que la eternidad de lo que hoy es austero,
mas que la permanencia de mi ojos
clavados en tus ojos,
encallados en tu muelle,
penetrados en tu mirada.

Puedes venir y ver los crepúsculos
hoy que nos amamos.