lunes, 19 de septiembre de 2011

“Siempre estará la noche”,

“Siempre estará la noche”,
para discutir nuestros labios sobre la almohada,
para penetrarme en tu mirada,
para tomar el viento con mis manos
y untarlo en toda tu espalda;
y tu vestido cae
y se ilumina el mundo,
y crece en mi pecho
el tigre que te acecha,
“siempre de noche”,
a toda hora.

Como un pétalo esperando el amanecer,
como un mendigo esperando comida,
como un enfermo esperando su muerte,
como mis brazos esperando tu pecho;
muero de hambre,
de besarte,
de tenerte,
deteniendo el tiempo en nuestros arrebatos,
disparando un grito al nocturno silencio,
inundado los poros saturados.

Solo vivo desde el día en que te amo,
y lo demás es muerte,
penumbra,
oscuridad,
¿Acaso vivías antes de amarme?
antes de flamear tu cuerpo con mis manos,
antes de contar los segundos,
esparcidos en el susurro de la noche,
esperando el regreso de mis ojos,
colgados de la luna,
ornamentales en tu cuarto,
acostumbrados a tus sueños,
a unirse a tu mirada,
mordiendo,
desenvolviéndose
infinitamente,
en la espera.

miércoles, 20 de julio de 2011

Tu ausencia

 Tu ausencia
¿Qué es tu ausencia?

Tu ausencia es haberte tenido y luego perdido,
tu ausencia es caminar sin rumbo fijo,
respirar sin un motivo,
hablar sin ideas,
el desgano de los músculos,
mis labios inertes,
muertos,
en tu ausencia,
insípidos,
grises,
como los segundos sin ti,
como despertar y que no estés a mi lado,
ni en el coche,
ni en la casa,
ni en la esquina,
ni en mi vientre que tiene tatuado tu nombre,
en mis ojos que no buscan más que tu pelo,
en mis manos que se cierran sin tus pechos,
en mis oídos escuchando el murmullo de los arboles
esperando tu voz
tu respirar
tu nombre.
Tu ausencia es infinita
es negra,
es escribirte versos cada hora,
es caminar por el cuarto
de noche,
buscándote en cada silueta,
cada sombra,
recordándote en cada crepúsculo,
en cada pestaña,
en cada melodía.


Me he rendido a tu ausencia,
solo me queda el recuerdo de tus tibias manos,
de tu suspiro a cambio de mi aire,
las noches de comernos al mundo,
de hundirnos en los pensamientos,
de nuestros labios cosidos…
tu espalda al viento,
mis ojos al cielo
tus piernas en contra mia
yo en contra de todo
tu.


En tu ausencia estoy solo
no hay más,
no quiero más.
En tu ausencia no hay nada.

lunes, 18 de julio de 2011

Te busque

Te busque
en mi mente cuando no existías,
en mis sueños
huracanes,
en mis labios vacios,
en mi imagen de ti sin conocerte,
sin olerte,
como una sombra
que permanece
en las paredes, cuando todo se apaga,
como un ruido, una vibración
una presencia, un presentimiento.

Te busque
en mis manos cuando estabas lejos
en el viento mientras sonaba tu nombre
perdida, como un silueta dentro del bosque.

Te busque en la negrura de la noche,
en el  espacio vacio
entre mi inhalar y exhalar.

Te encontré.
Aquí,
donde hoy tus ojos se clavaron,
donde los labios se torcieron
aquí donde faltó algo
y sobraba mucho.

Me desbordo
en ti me muero,
tú que traes las primaveras,
las noches llenas,
las charlas del mundo acabado,
el nocturno sobre mi cabeza
infiltrado en mi oreja,
mientras te huelo y te conozco,
mientras me inflamo al tacto.

Aquí;
donde estuviste dormida,
donde el suspiro se convirtió en perfume,
y el perfume en vida;
tu, “dadora  de infinito”,
que tus pupilas apuntaron al horizonte,
buscando incesantemente las mías,
que se penetraron,
unidas, “cocidas”,
inseparables,
un solo ojo,
un solo suspiro,
sentimiento único.

domingo, 26 de junio de 2011

Te amé desde que te ví nacer en mis ojos

Te amé desde que te ví nacer en mis ojos,
mientras mis tibias manos te esperaban.

Te amé desde que extrañe tu murmullo,
desde que, asfixiado en mi mismo,
sabía del camino de tus venas a través de tu cuerpo…

Te amé en esos momentos lejanos,
en  esas montañas sombrías,
en mi alma partiéndose en mitades,
en el desierto frio,
en mi mente buscando la tuya,
en mis suspiros buscando alivio,
alivio con tu mirada,
extrañamente ausente,
esperando ojos en que encallar,
labios en que morirse.

Te amé.

Y te amó.

En esta llovizna fresca,
en estas lanzas agudas,
en mis dedos viajeros por tus llanuras,
en mi hambre de ti,
de la pieza perdida.
Te amé acomodada en mi pecho,
dormida en mis labios,
en segundos ausente,
en milenios presente,
sentada en las ideas,
en abrazos totales,
en kilométricos viajes,
en noches húmedas,
en tardes salvajes,
a escondidas,
expuestos,
íntimos…

Te amé cuando dijiste que me amabas,
cuando la luna total nos llenó,
cuando cayeron las hojas en tus hierbas,
cuando hirvió tu sangre en mi boca,
cuando sudamos por los mismos poros,
cuando descubrimos caminos,
cuando en bosques orientales
te dije que te amaba.

Te amé en
bosques, parques,
lagos, estanques,
ciudades, calles,
tiendas, salones, autos,
plazas, casas, patios, bardas,
pechos, piernas, brazos, manos, labios, ojos…..

Te amé
mientras no podíamos vivir sin nosotros
nosotros somos,  somos nosotros,
otros, desde que nos amamos,
y el tiempo fluye en grandes caudales,
y pasan los meses como horas,
y las horas como segundos,
y los segundos como besos profundos;
y ya no puedo dejar de contemplarte,
y estoy amarrado a tu abrazo,
unido a tu mejilla,
untado en tus piernas.


Te amé cuando comencé a extrañarte…
te amé desde que te ví nacer en mis ojos.

sábado, 25 de junio de 2011

El diluvio

El diluvio
inmenso, eterno,
al calor de los cuerpos se evapora,
húmedo, total,
el espasmo de la vida,
mientras transcurre el espacio,
entero.

El agua,
espesa, dulce,
placentera,
cayendo eterna,
delgada y lenta,
cada vez más lenta,
como los océanos lejanos,
en ríos y ríos.

Inundandote,
pasando por tu medula,
recordante viejas imágenes,
futuros no recorridos,
tierras mojadas,
paisajes desconocidos.

Y te incendias,
te cala en los huesos
te tensa las venas
caminando a grumos;
el latido del corazón
como tambor de guerra,

Uñas rasgándonos,
las dos montañas abiertas
con denso aire por dentro,
lagos,
mares,
océanos,
toneladas de placeres;
amarrados,
rojos,
sedientos,
nuestros labios,
nuestros vientres,
tu y yo.

domingo, 5 de junio de 2011

Instante

Yo solo sé que en este momento
en este inmenso calor que siento dentro,
en mis pies tocando la tierra y tu cuerpo,
en esta aurora infinito de recuerdos,
de pensamientos futuros,
precisos,
borrosos,
yo solo sé que en este momento te amo.

No pido promesas milenarias,
no espero que tu sol vuelva
de su viaje pasada la noche,
ni que las flores de tus ojos
retoñen nuevamente al volver a verme.

No pido la eternidad de tus poros,
ni el continuo derretir de tu boca en mi mente,
de tu diente en mi boca,
de nuestra boca, nuestros labios.

¿Quien deja de respirar,
solo por preguntarse si volverá el viento?
Yo solo sé,
yo solo te sé,
tu y yo, solo, sabemos,
y no sabemos nada mas,
que entre tus brazos,
debajo del crepúsculo
cercanos,
lejos de la tierra,
asfixiados por la carne,
perdidos en el infinito,
sabemos,
amor
que nos amamos
más que nunca,
mas que hace un instante,
mas que cuando la noche se aclara y la nube se dispersa.

Lo único que pido eres tú,
y no me importa nada
mas que tu amor ahora.

sábado, 21 de mayo de 2011

Poema del fin del mundo

Si hoy se acabara el mundo
Mientras se  amasa la sangre por mis venas
y mis poros no expulsaran nada nuevo,
si mi continuo respirar se detuviera,
y mis ojos ya no volvieran a abrirse…

Sí,
podría ser hoy,
el día en que mis manos dejaran las tuyas,
mis nubes dejaran de recorrer tu cielo rojo,
mi voz de llamar a tus labios,
tus piernas de envolverme,
si hoy terminaran tus besos de completarme…

Si hoy se acabara el mundo,
y dejara de caminar el tiempo;
si se quedará el mundo en silencio,
en una penumbra total,
si las hojas se detuvieran en su caída,
y el rio su gran caudal…

Que tu boca se estancara mientras besa mis labios;
y mis labios pararan mientras pronuncio tu alabanza,
mientras la brisa del fin del mundo peina tus infinitas pestañas…

Si hoy se acabará el mundo,
y muriera estando a tu lado,
solo podría terminar
diciendo que te amo.