Te extraño de noche y mediodía
medio día, todo el día
te pienso en cada segundo que mi boca se seca
te suspiro a cada pulso sobre mis ojos
mis fríos ojos sin tu mirada
tu mirada, apabullante,
total, implacable.
Te extraño de madrugada,
cuando despierto turbado
y escucho tu voz en la oscuridad,
y el calor me asfixia,
y veo tan distante tu recuerdo más cercano,
tu recuerdo de hoy,
tu aroma enredado en mi cuello,
tu sombra marcada en mi pecho,
tus palabras atadas a mis piernas,
a mis manos.
Tu fotografía en la alfombra,
a la luz de la hoguera,
al pie de la luna,
al lado de mi cama,
al final de la almohada
al principio de mi pensamiento,
en la punta de mi boca.
Te extraño esta tarde,
esta tarde de frios calores,
te recuerdo en cada nube que veo pasar,
en cada canción que oigo inundar el sitio,
en cada paso de amantes derretidos unidos,
en cada suspiro de los seres vivos,
en cada segundo que se quema,
en cada ladrillo que veo,
en mi mente unida a la tuya,
en mis venas que se aferran,
en mi oído frio sin tu cobijo,
en mis brazos sin ti.